miércoles, 31 de julio de 2013

Los riesgos de las píldoras anticonceptivas Yaz y Yasmín y Diane 35


Canadá prendió de nuevo las alarmas por el uso de anticonceptivos orales sin prescripción médica en el mundo.
A las cuatro muertes de mujeres por tromboembolismos (obstrucción de las arterias de los pulmones) que en enero de este año la Agencia Nacional Francesa de Seguridad de los Medicamentos asoció al fármaco Diane 35 (de Bayer), se suman las de 23 mujeres canadienses ocurridas entre 2007 y 2013.
El Ministerio de Sanidad de ese país concluyó que el compuesto químico drospirenona, presente en las píldoras Yaz y Yasmín (del mismo laboratorio) pudo haber ocasionado las trombosis que terminaron con sus vidas.
Aunque Bayer ha aclarado que si bien Diane 35 tiene propiedades anticonceptivas, sólo debería utilizarse para combatir el acné severo, en Colombia ambos fármacos son populares entre las mujeres que eligen planificar con píldoras.
En los últimos cinco años (con cifras a septiembre de 2012) las ventas de Diane 35 en nuestro país sumaron $51.447 millones, mientras que durante todo 2012 las de Yasmín alcanzaron los $13.477 millones, al venderse 344.459 unidades.
El director médico de Bayer Colombia, Carlos Maldonado, asegura que ningún organismo de salud en el mundo o en Colombia ha emitido hasta el momento alerta alguna sobre Yaz y Yasmín. “Las mujeres tienen que saber que este medicamento necesita prescripción. En Colombia hemos tenido reportes de 12 tromboembolismos desde 2002, pero de ninguna muerte”.
Expertos de la Federación Colombiana de Obstetricia y Ginecología, como Ivonne Díaz, han advertido que estos casos de trombosis pueden ser generados por la gran mayoría de anticonceptivos hormonales “que deben ser tomados bajo estricta vigilancia médica”.
Según Díaz, ingerir píldoras anticonceptivas siempre aumenta el riesgo de sufrir una trombosis (según ella, una mujer que los usa tiene entre dos y cuatro veces más posibilidades de experimentar este mal) y la única manera de prevenirlo es conociendo “los factores de riesgo de cada mujer” en el momento de la prescripción, por ejemplo, evaluando sus antecedentes familiares y su condición genética.
Para el ginecólogo Germán Salazar, presidente del capítulo de ginecología infanto-juvenil de la misma federación, el manejo de estos medicamentos hormonales “no puede seguir dependiendo de la paciente misma, que a su vez se lo formula a sus amigas. Estos no son métodos de emergencia. Las parejas que deciden planificar deben asumir por lo menos la responsabilidad de visitar a un ginecólogo para que evalúe a la paciente y le formule el método más indicado. No se puede seguir abusando de estos medicamentos”.
La Federación Médica Colombiana ha concluido que las muertes relacionadas con las píldoras ponen en evidencia la “falta de regulación y control en la dispensación de medicamentos que son de prescripción médica”, en estos países y en Colombia. La federación calcula que alrededor del 80% de los fármacos que sólo deben ser comercializados con una fórmula médica se venden libremente en el país.


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